El 22 de junio de 2020, los interlocutores sociales europeos llegaron a un acuerdo en torno a la digitalización, aplicable en toda la Unión Europea. El objetivo es encontrar formas que permitan conectar la transformación digital con la organización del trabajo, la conciliación familiar, las relaciones laborales y el contenido del trabajo en lo que se refiere a competencias.
El acuerdo se centra en cuatro aspectos principales: competencias digitales y garantía de empleo, modalidades de conexión y desconexión, inteligencia artificial y garantía del derecho al principio de control humano, respeto de la dignidad humana y vigilancia. El primer tema será de gran relevancia en las próximas negociaciones de diálogo social, sobre competencias digitales en el sector audiovisual y de las artes en vivo.
En este contexto, el Parlamento Europeo aprobó a principios de 2021 un informe en el que se solicitaba una nueva legislación comunitaria sobre el derecho a la desconexión. Los empresarios subrayaron su oposición a la legislar sobre esta cuestión, tanto desde el punto de vista del contenido como por la falta de respeto a la autonomía de los interlocutores sociales, ya que el acuerdo de los interlocutores sociales europeos sobre la digitalización ya incluye una sección sobre modalidades de conexión y desconexión. Por su parte, los sindicatos adoptaron un enfoque diferente, apoyando que se legisle sobre la cuestión, argumentando que la existencia de un acuerdo autónomo de interlocutores sociales no debe impedir que la Comisión Europea presente una legislación sobre el derecho a la desconexión. Al final del proceso, el Parlamento Europeo solicitó a la Comisión Europea que dejara a los interlocutores sociales 3 años para aplicar su acuerdo y tomar medidas sobre modalidades de conexión y desconexión, antes de considerar nuevas medidas. Existe un impulso político dentro de la Comisión Europea para avanzar en la legislación, a falta de resultados concretos de las actividades de los interlocutores sociales, y se tomará una decisión al respecto durante 2022.
Si la Comisión Europea sigue adelante con una propuesta legislativa sobre el derecho a la desconexión, tendrá que ir precedida de una consulta a los interlocutores sociales. De ser así, probablemente se anunciaría en el programa de trabajo de la Comisión Europea para el año 2023.
La digitalización conlleva retos específicos y muchas oportunidades. Permite mayor flexibilidad y autonomía al trabajador, pero la digitalización también puede significar la desaparición de ciertos puestos de trabajo, por lo que los trabajadores tendrán que reciclarse o adaptarse a las nuevas tecnologías. La digitalización tiene un importante componente de salud y seguridad, hay que encontrar un equilibrio entre el tiempo que el empresario considera adecuado para estar disponible (conectado) y no estarlo (desconectado) y lo que el trabajador considera adecuado. Los empresarios también deberán tener en cuenta la evaluación y prevención de riesgos, para evitar que las personas se conecten cuando no hay necesidad o cuando se demuestre que el trabajo se realiza en momentos en los que no se espera habitualmente.
Para ayudar a las personas y organizaciones a adaptarse a la digitalización en el contexto laboral se pueden considerar las siguientes medidas:
- Formar, sensibilizar, orientar e informar a los empresarios sobre la digitalización.
- Respetar las normas del tiempo de trabajo, el teletrabajo y el trabajo móvil.
- Establecer políticas claras sobre el uso de las herramientas digitales durante el tiempo de trabajo y después de las horas de trabajo (evitar la «sobreconexión»).
- Crear un intercambio regular entre la dirección y los trabajadores y prever un sistema de alerta.