
La Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea, en vigor desde el 1 de agosto de 2024, marca un hito como la primera regulación global sobre inteligencia artificial. Esta normativa establece un marco legal basado en el riesgo para garantizar que los sistemas de IA utilizados en el territorio europeo sean seguros, éticos y respetuosos con los derechos fundamentales.
El impacto de esta legislación en el ámbito laboral y, en particular, en el sector de los espectáculos en directo ha comenzado a visibilizarse. Según Pearle*, la asociación que representa a las artes escénicas a nivel europeo, los empleadores deberán prestar especial atención a los sistemas de IA considerados de “alto riesgo”, así como a nuevas obligaciones de formación en alfabetización digital.
Entre los sistemas de IA más regulados por la Ley se encuentran aquellos utilizados en procesos de recursos humanos, como la publicación de ofertas de empleo personalizadas, la evaluación de candidatos, decisiones sobre ascensos o despidos y la supervisión del rendimiento laboral. Estas herramientas se clasifican como de alto riesgo y, por tanto, están sujetas a estrictos requisitos de transparencia, control humano, calidad de los datos, documentación y notificación previa a los empleados.
Uno de los elementos más innovadores de la Ley de IA es la obligación, recogida en el artículo 4, de fomentar la alfabetización en IA entre el personal. Esta medida entra en vigor el 2 de febrero de 2025 y exige que todo el personal relacionado con el uso de IA –desde usuarios hasta supervisores– tenga un conocimiento suficiente sobre el funcionamiento, riesgos y beneficios de estas tecnologías.
La alfabetización en IA no se limita a perfiles técnicos. La UE la define como la capacidad de comprender críticamente los sistemas de IA y usarlos de forma responsable, siendo considerada clave para fomentar la innovación, proteger los derechos fundamentales y facilitar el cumplimiento normativo.
Pearle* ha emitido una serie de recomendaciones para que las organizaciones del sector empiecen a prepararse:
- Mapeo del uso de la IA: Identificar los sistemas actualmente en uso, incluidos los que se utilizan sin aprobación formal.
- Evaluación de riesgos: Revisar los sistemas por su impacto en los derechos de las personas y asegurar su transparencia.
- Análisis del conocimiento del personal: Detectar brechas en competencias digitales y adaptar la formación a los distintos roles.
- Formación continua: Implementar programas accesibles para todos los empleados y partes interesadas externas.
- Registro de actividades de formación: Documentar quién recibe formación, cuándo y sobre qué temas.
Aunque esta primera fase del análisis se centra en los aspectos laborales, Pearle* ha adelantado que una segunda parte del informe abordará el impacto de la Ley en el uso creativo de la IA, incluyendo la producción artística, la interacción con el público y la generación de contenidos en el sector cultural.
La regulación europea sobre IA no solo redefine los estándares tecnológicos, sino que también promueve una transformación ética y educativa en los entornos laborales y creativos. El reto ahora es traducir estos marcos legales en acciones concretas y efectivas.